Monday, July 03, 2006

IN VINO VERITAS

Con cierta frecuencia oímos hablar de las propiedades saludables del vino o de alguno de sus componentes, muchas veces sin las necesarias aclaraciones sobre el rigor científico de la aseveración, e incluso con el afán de reivindicar la buena costumbre de beber moderadamente la sangre de nuestra tierra, se han llegado a escuchar dislates sobre vino y salud, alejados de una verdadera relevancia nutricional.

Refiriéndonos a estudios que superan los mínimos de seriedad exigible, podemos recordar lo publicado sobre los taninos con distintas opiniones y Racimo de uvascontroversia sobre vino tinto o blanco, los posteriores estudios sobre beneficiosas propiedades para combatir alteraciones pulmonares, cardiovasculares e incluso las que tanta alarma crean como el Alzheimer y cáncer, basados muchos de ellos en el resveratrol, polifenol presente en prácticamente todas las partes de la vid y cuyas propiedades antioxidantes, y por lo tanto prolongadoras de la vida celular, están demostradas.

Pero no son estos estudios el objeto del artículo, si no algo que ya apuntaban trabajos realizados sobre 4400 personas, en el 2002 en la Universidad de Duke, (Carolina del Norte, EUA) y publicados en la revista American Journal of Clinical Nutrition.

No el vino en sí, más bien los hábitos y estilo de vida de sus consumidores parecen explicar su mejor estado de salud.

El 23 de enero de este año Jano On-line hace referencia a otro trabajo publicado en British Medical Journal, realizado en la actualmente, por desgracia del fanatismo, famosa Dinamarca, donde se desprende que los bebedores de vino tienden a seguir una dieta más saludable que los de cerveza, y ¡ojo! imaginen que bebida les hace pensar más en un danés, luego podemos descartar la sospecha de chovinismo.

Parece que se va confirmando con rigor científico, no es necesario entrar a descomponer en mil partículas el vino para encontrar su oculta bondad, es la misma esencia de elegirlo como compañero de placer, por lo tanto en su justa medida, la que logra que la persona que así lo hace se aleje de fanatismos ya sean ideológicos o nutricionales.

Esta casi todo pensado, y los clásicos hicieron gran parte del trabajo, en el año 630 a. C. el poeta griego Alceo, del que se conservan fragmentos de sus obras, aconsejaba, “Querido hijo: vino es verdad”, mas recientemente, tan solo en el primer siglo de nuestro calendario, Plinio el Viejo, ilustre romano, cuyo tocayo policía literario nos honra con haber nacido en Tomelloso, en su magna obra “Historia Natural” reseña, “Según la gente, la verdad se ha atribuido al vino”.

Hagamos todo lo posible pues para que nuestra tierra, La Mancha, sea manantial de salud y nuestros vinos junto con los de otras zonas de España lleguen sin complejos a todos los confines de nuestro planeta y logren que el hombre sea más sano, tolerante y feliz.

Hemos topado desde la historia al presente, con elementos para reivindicar un país sin fronteras, país del vino.

Enero 2006 - Luis Menchén

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