ALEJANDRO MAGNO
La leyenda y la realidad se funden en un personaje como el gran Alejandro, tal vez el más mítico de los protagonistas de la historia de Grecia; y como no, el vino se une a su vida, desde el nacimiento a la muerte. Dionisos, dios del vino, según una de las numerosas narraciones sobre como descubrió la vid, encontró una pequeña planta y gustándole, la puso a crecer en un hueso de pájaro, cuando se desarrollo la trasplantó a un hueso de león y cuando se hizo más grande la pasó a un hueso de asno, donde dio sus frutos, y el dios tardó poco en saber transformar esas uvas en vino, pero el celestial jugo adquirió propiedades de estos tiestos donde se crió, en principio, da a los hombres alegría de pájaro, luego fuerza de león pero ante un exceso continuado se pierden las cualidades y domina la estupidez del asno. Dionisos era adorado por Olimpia, (madre de Alejandro, que tuvo gran influencia sobre él), mediante sacrificios que terminaban en danzas místicas, probablemente consecuencia de los efectos de estas libaciones. El dios evidentemente, hizo caso a las peticiones de su sacerdotisa, y doto a Alejandro de unas virtudes inigualables que le llevaron antes de los treinta años de edad a ser el forjador de un imperio en tres continentes, Europa, Asia y África, a ser también, el inventor de la "Alianza de Civilizaciones", que nuestro presidente se atribuye en la actualidad, pues tras sus conquistas obligó a sus oficiales a tomar esposas persas, hindúes y egipcias. Pero desgraciadamente la alegría, el ímpetu y la fuerza degeneraron en alcoholismo a partir de su etapa más oriental, inmerso en el cual llegó a asesinar a fieles compañeros de conquista. Tal vez el dios sintió envidia de la grandeza del joven Alejandro, no le gusto su egocentrismo que se acentuaba con el vino, y lo usó como seducción para acelerar su caída; su imperio, su grandeza y la alianza de civilizaciones desaparecieron con él. Grecia rebosa historia y anécdotas con y sobre el vino. Dondequiera que se implantaba una colonia griega, surgían las viñas alrededor, diversos historiadores postulan a los asentamientos griegos en el mediterráneo español como origen de la plantación de viñas en nuestra península, tal vez compartiendo este inicio con los fenicios en la zona más al sur. La postura de los griegos frente al vino la expone muy bien Aristófanes (dramaturgo ateniense, importante autor de comedias, que nace en tiempos de paz de Pericles y vive la guerra del Peloponeso, V y IV a. de C.), poniendo en boca de uno de sus personajes, "yo no amo las batallas, solo beber con los amigos al fuego". Decía en uno de los artículos anteriores que, según estudios publicados, las personas que consumían vino moderadamente, tenían hábitos saludables en general, podemos añadir ahora que además, según los clásicos griegos, tendían al pacifismo. En el próximo artículo examinaremos algunas de las peculiaridades griegas con relación al vino
Mayo 2006 - Luis Menchén
0 Comments:
Post a Comment
<< Home